27 noviembre 2006

Blame it on Murakami - 26.11.2006

El pasado 19 de noviembre, el suplemento literario del New York Times, que publica semanalmente las listas de los libros más vendidos, contenía una noticia curiosa: una encuesta sobre los libros más robados en las librerías de Estados Unidos. Pese a lo anecdótico del asunto, parece que libros como la Biblia o manuales con consejos cómo encontrar trabajo son hurtados a diario para desconcierto de los libreros. En el caso de la Biblia y de los libros de autoayuda, la desesperación parece ser un factor que empuja la gente al hurto; pero ni siempre la respuesta es tan sencilla. La vergüenza (en el caso de los libros de contenido erótico) o la falta de dinero (en el caso de libros para adolescentes, como los de ciencia-ficción) también han sido mencionados por los libreros como (supuestos) motivos. Pero la respuesta más pintoresca vino de un librero de Seattle: los libros que vienen desapareciendo más rápidamente en los últimos meses son las novelas del escritor japonés Haruki Murakami, uno de mis escritores preferidos y, hasta el año pasado, en el que Tusquets publicó una traducción de su novela Norwegian Wood al castellano (traducida infamemente como Tokio Blues), un gran desconocido en España. De acuerdo con el librero, Murakami sería un “escritor subversivo”. Hay que transcribir sus comentarios en inglés, porque traducido no tendrían gracia: “Murakami is a subversive writer with an outlaw sensibility. His characters have this Everyman thing going on, but they are also working against the grain”. Ignoro si Murakami estaría de acuerdo con este comentario, pero la verdad es que la parte del “everyman thing” tenía mucha gracia. Por cierto, Tusquets acaba de sacar una traducción de la última novela de Murakami (Kafka on the shore o Kafka en la orilla). Pero si no lo habéis leído, os recomendaría que lo leyerais en el siguiente orden (sólo cito los libros que se han publicado en español): 1) La caza del cordero salvaje (Anagrama); 2) Norwegian Wood (sí es el Tokio Blues ése); 3) Sputnik mi amor; 4) Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (una novela de más de 800 páginas que ya requiere cierta familiaridad con el mundo de Murakami); 4) Kafka en la orilla. Sobre todo, no hay que leer una novela que se titula Al este de la frontera, al oeste del sol – es sencillamente mala... La semana que viene hablaré más de Murakami. Hasta entonces,
Iván

11 noviembre 2006

Tres elecciones - 11.11.06

Querido Tony,

Espero que estéis bien en Bruselas, y que no llueva demasiado. Pero como decía el amigo Martial, hay que animarse: sólo quedan 150 días de lluvia hasta que llegue el verano... Por aquí, como sabes, lo que asusta a todo el mundo es la inminente llegada del invierno. Todos (sobre todo los que, como yo, tienen un pedigrí tropical-mediterráneo) hablan del frío: que si nevará antes de Thanksgiving, que si hay que tener un buen abrigo, etc. Yo – gracias a María, desde luego – ya tengo un super abrigo que me permitiría ir al Polo Norte, si hiciera falta. Tiene una cantidad de cierres que asusta, e incluso tiene un forro polar interno, lo que hace con que me sienta una cebolla. Estoy tan preparado que casi tengo ganas de que nieve de una puta vez para ir de Cebolla Man por ahí.

Sin embargo, el frío no está llegando, lo que hizo las delicias de la gente que esperaba ansiosamente por Halloween. Por cierto: el Halloween fue mi primer shock cultural de verdad en Estados Unidos... No sólo porque la gente se curra mucho los disfraces (ya te acordarás de la cantidad de frikis que van por la calles), sino que hay un ambiente muy de carnavales por aquí. Resulta divertido ver cómo los yanquis, que suelen parecer muy conservadores, se despelotan completamente cuando llega Halloween. Las chicas van en trajes mínimos (unas de enfermeritas, otras de policías sexy, otras directamente en ropa interior – a una que iba así no me he atrevido a preguntar de qué iba -), y los tíos tampoco se quedan cortos: en una fiesta en la facultad había uno que iba de jugador de Waterpolo. ¿Te lo imaginas?

Fue divertido. Pero ahora ya parece algo muy lejano: se empieza a ver por ahí señales de la inminente llegada de Acción de Gracias y de la Navidad, y – desde luego - me ha entrado el agobio de los estudios: me queda un mes para el inicio de los exámenes y creo que no levanto cabeza hasta entonces... Pero el ambientillo de “trick-or-treat” está en el aire, como han demostrado las elecciones parlamentarias en Estados Unidos.

En todas las encuestas que se manejaban, se hablaba de una posible derrota electoral de los Republicanos en la Cámara de los Diputados. Entre Irak, Katrina, Rumsfeld, y escándalos de pedofilia y corrupción en el seno del partido, pongamos que nadie pensaba que el debate podría centrarse en temas locales... Pero fue una debacle de proporciones históricas: pese a la activa presencia de Bush en las campañas más reñidas, los Republicanos han sufrido una derrota que recuerda la derrota de los Demócratas en 1994, en la que perdieron el control de Cámara y Senado, dejando al gobierno de Bill Clinton en una situación complicada. Pues los Republicanos también han perdido el control del Senado.

Ahora se abre un período de interrogantes: quedan dos años para que termine el penoso mandato de George Bush y ahora él estará de manos y pies atados respecto de algunos de los principales temas de su agenda. Seguramente, no tendrá demasiado margen en Irak, ni tendrá carta blanca en temas de política comercial o de reducción de impuestos. Seguramente, Bush tratará de establecer cierto consenso alrededor de temas en los que podrá contar con cierto apoyo demócrata, como la política exterior (los momentos más agrios del contencioso con Irán o Corea del Norte todavía no se han visto).

Pero ahora Bush es más “lame duck” que nunca, y probablemente empezará la cuenta atrás para el final de su carrera política. Su legado: un mundo no es menos peligroso de lo que era el 12 de septiembre de 2001. E Irak. En este último particular, son muchas las voces en el Partido Demócrata que pide que se establezca una fecha para la retirada de las tropas estadounidenses. Me da mucho miedo estar de acuerdo con Bush en algo, pero creo que es un error y un acto cobarde. Dejarían a un "failed state" al borde del caos y de la guerra civil, y sin ninguna fuerza exterior que pudiera imponer un mínimo orden (no hay que contar con las Naciones Unidas - ¿qué país en su sano juicio enviaría tropas allí a estas alturas?). Pero creo que tampoco llegaríamos a conocer los detalles de la guerra civil en Irak: en cuanto se vayan los americanos (y hayan ejecutado a Sadam), Irak desaparecerá lentamente de las portadas de los diarios y de los titulares televisivos...

Pero no han sido las únicas elecciones de las últimas semanas... Como sabes, Lula se ha reelegido en Brasil. No ha sido la victoria apabullante que esperaban muchos hace algunos meses (muchas encuestas preveían una victoria suya en la primera vuelta), pero ha sido lo suficientemente amplia para que pueda presumir de contar con el apoyo de gran parte de la población, sobre todo los sectores más pobres de la sociedad (que son, en efecto, la gran mayoría). Entre la clase media-alta, los resultados de la elección se recibieron con una mezcla de resignación (al final, la economía de Brasil va bien, y la victoria de Lula es una garantía de pocos cambios) y despecho. La clase media de Brasil jamás quiso a Lula. En una actitud rayana al racismo, siempre le han visto como poco más que un analfabeto. Sin embargo, le han votado en 2002, porque todos creían que "le tocaba", tras 3 elecciones perdidas (una ante Fernando Collor y dos ante Fernando Henrique Cardoso) y un descontento generalizado con la gestión de Cardoso. Se esperaba un cambio en el area social, más honestidad en la política y que se reactivara la economía.

Considerando las enormes expectativas depositadas en Lula, su balance deja mucho a desear. Por un lado, ha tenido momentos brillantes en su política exterior, y se ha convertido en una referencia obligatoria de lo que en su momento llamaron la "cuarta vía", que era como la "tercera vía" de Blair pero llevada a cabo por gente con corazón. Durante los 2 primeros años de su mandato, Lula fue un superstar, y se paseó por el mundo recibiendo doctorados honoris causa y alabanzas por donde iba.

Pero su gobierno, por desgracia, no fue tan brillante: en lo social, hubo mejoras y programas que han calado, pero existe la impresión de que no se ha hecho lo suficiente todavía; en lo económico, ha dejado el mando de los principales ministerios e instituciones en manos de pragmáticos que han sabido gestionar la situación económica de una forma prudente. Pero en el terreno político, los escándalos de corrupción surgidos en el seno de su partido (del que incluso intentó distanciarse en las últimas elecciones) han lastrado su mandato. Quizás el gran problema de ese escándalo (me ahorro el tener que comentarlo, ya que esto me daría para un par de cartas) no fuera el que hubiera corrupción: era el hecho de que el Partido de los Trabajadores (PT) hiciera gala de su moralidad en la administración de Estados y ayuntamientos. Eran, a todos los efectos, "los puros". Por ello, la conclusión de que el PT también era un partido esencialmente corrupto supuso el final de una de las grandes ilusiones de la democracia en Brasil.

Lula, como Bush, también es un "lame duck". No cuenta con el control de Congreso y Senado, y su partido ha perdido muchos escaños. Sin embargo, en un sistema político fragmentario y pluripartidista como el brasileño, podrá contar con el apoyo de otros partidos (que pagará con ministerios) para gobernar. Aunque ello no invite al optimismo, la misma situación se hubiera dado en el supuesto de que la oposición se hubiera hecho con la presidencia - y seguramente habrían manejado el juego de las alianzas peor que Lula. Lula sigue siendo una figura muy popular, y una queja suya en el sentido de que no le dejan gobernar se tomaría muy en serio por la población.

Por último, llegamos a Cataluña. Tripartito II - la venganza. El charnego Montilla de presidente (es lo único que hay que celebrar - la idea de que un "no catalán" pudiera llegar a la presidencia de la Generalitat era algo que se acogía mal incluso en Madrid, como bien explicó en su día el ministro Sevilla - no, Sevilla no es el tío de los Mojinos Escozíos, aunque a veces lo parezca), Carod de conseller en cap (lo sería de todos modos, qué le vamos a hacer). A ver qué sale. Ojalá no se inventen Estatuts, etc., y traten de gobernar un poco, que la gente ya está harta de malos rollos. Me hubiera gustado estar ahí para escuchar lo que dicen en la COPE - que ya eran los ganadores de las elecciones catalanas antes incluso de que se celebrasen, ya que un gobierno CiU + ERC también habría sido la respuesta a los sueños más inconfesables de Jiménez Losantos... Torturas de niños castellanohablantes en la Polonia profunda, OPAs judeomasónicas contra las joyas de España que se fraguan en los pasillos de La Caixa, etc. Ya sabes de memoria todos los platos de carta...

Pero de OPAs entienderás más tú que yo, amigo Tony... Al final, todos los caminos llevan a Bruselas... Y al llegar a Bruselas, dejo de escribir - ya es hora de la comida y María ya me está llamando...

Dale besos a tu queridísima esposa de nuestra parte y disfruta de lo que te queda de finde. Vete al cine, si puedes. Si han estrenado Babel (la última película de Alejandro González Iñarritu, el tío que hizo Amores Perros), vete a verla. Te gustará. No te diré de qué va, pero la moraleja es la siguiente: si eres pobre, estás jodido. Ni siquiera mereces que terminen de contar tu historia...

Un abrazo,

Iván

Iván Rabanillo